Porque digamos que esa persona tiene ciertos atributos dentro del entorno que podrían perjudicarme a la larga y que no me saque el máster o cosas por el estilo a la larga y perdonen pero no me mato a hacer trabajos de 10 para que una persona me lo pueda tirar todo por la borda.
Todo esto con 324 entregas, el curro y el chaval del máster intentando proseguir la telenovela. Y aunque hubiera sido fácil plantarme y decirle a este último "oye, paso de tu cara" realmente, por motivos que me reservaré, no quería que cualquier paso en falso me pudiera perjudicar dentro del máster.
Yo me sentía como el puto culo de sentirme liberada y a mi cabeza eso no le estaba haciendo ningún bien. Mi entorno me decía que me diera tregua, que no podía fustigarme así pero yo solo quería entender por qué mi interior había llegado a sentir la relación como una carga en lugar como un hogar.
Porque me sentía aliviada. Me sentía aliviada de haber cortado con mi pareja a la que quería con locura y con la que me veía casándome. Y no sé si habéis sentido alguna vez esta sensación pero es de las peores que se pueden sentir en la vida. Porque claramente hay una disonancia muy grande.
A raíz de ahí, al empezar a sentir que me había liberado un poco de la situación (porque yo soy ese tipo de persona que cuanto más me quieras agarrar, más me quiero ir; lo siento, pero si me intentas enjaular, ya me has visto para el resto de tu vida) y me empecé a sentir culpable. ¿Por qué?
Básicamente porque la dinámica se estaba volviendo algo tóxica y no nos hablábamos para cosas bonitas apenas. Y eso no podía ser si de verdad queríamos encontrar un entendimiento y una solución. Por lo que decidimos tomar ese respiro para aclarar ideas, con la cabeza fría y pensar bien las cosas.
Yo cada vez tenía más trabajos, conocía a profes nuevos que mandaban más carga y esta situación se me estaba echando a la espalda junto con el resto de mochilas y en un último intento desesperado de no petar el uno con el otro, acabamos dándonos un tiempo, cortando "temporalmente" para ver qué pasa.
O eso creía yo, porque semanas después me entero de que bajo el término de "darse un tiempo" habíamos entendido cosas distintas. Yo estuve cediendo mucho (porque también soy consciente de que es irreal alejar tanto un vínculo de repente de la noche a la mañana) pese a que no era lo que necesitaba.
Así que volvimos a hablar y esta vez se llegó a la conclusión de que lo que se necesitaba era un receso. Darnos un tiempo, que se calmara la situación a nuestro alrededor y analizar y reflexionar cada uno por su cuenta qué estaba pasando, qué necesitábamos y sobre todo, qué queríamos hacer con ello.
Quiero especificar que yo traté de entender en todo momento los sentimientos y la posición de la otra persona sin dudarlo, pero estaba llegando a puntos en los que me empezaba a encontrar mal físicamente, somatizando el malestar psicológico en malestar físico y empecé a no tolerar la situación.