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📘 CAPÍTULO 4- La Encantada 2/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

- Bueno, explica eso del paranormal. – Pau, aún recostado en el sofá, miró fijamente al vecino mientras este colocaba las tazas en la mesa. 
- Lo paranormal – Artur se hizo un hueco en el sofá a los pies de Pau y explicó serio. – viene a nuestra realidad de manera demasiado fácil, y no debería ser así porque es un peligro para nosotros. Lo paranormal se alimenta del miedo. En esa casa se había invocado una criatura a causa del miedo que tiene vuestra abuela y la gente del pueblo y las leyendas que se han creado a partir de esa casa y del collar que enterró allí vuestro abuelo.
- ¿Cómo sabes la historia del collar? – pregunté asombrada.
- ¿Y tú porque la sabes? – me contestó Carla. 
- Te la contó tu abuela en el huerto el domingo pasado, yo lo escuché. Mi intuición me decía que había alguna conexión entre Trini y esa casa, por eso me quedé escuchando detrás del seto después de mi visita. 
Le seguimos haciendo preguntas sobre lo paranormal y las criaturas extrañas. Artur no quería explicar mucho, decía que era por nuestro bien y que no quería que nos viésemos demasiado envueltos en eso. Todo ese mundo era peligroso e incomprensible para nuestra realidad y teníamos que mantenernos alejados. Sin embargo me sentí atraída a esa historia de cierta manera. Él se dedicaba a arriesgar su vida para salvarnos a todos de una amenaza oculta, es decir, tal cual un personaje de algún libro o película. Artur notó mi interés, me advirtió pero como adulto más bien irresponsable, no quiso quitarme ese interés de la cabeza.
Cuando nos despedimos de él para volver a casa me entregó un pequeño saco. – Aquí está el collar, ya me he ocupado de quitarle el ritual que contenía, ahora es totalmente común. Deberiais decidir vosotros qué hacer con él y que contarle a vuestra abuela - luego se acercó a mi oreja y bajó la voz. – y también hay algo más para ti, por si aún tienes interés en ser parte de esto. 
Con curiosidad abrí un poco el saco y pude ver la esquina de un librito o cuaderno viejo. 

- Entonces, vamos a por pan y usamos eso de excusa para la iaia? 
- Si, esa es buena Pau.
Así, con el sol calentándonos las espaldas volvimos a casa dejando esta aventura como un pequeño secreto entre primos.
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📘 CAPÍTULO 4- La Encantada 1/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

Menja molt i caga fort, i no tingues por a la mort
Lunes 6 de Agosto 7:00 am

¿No hay momentos en los que te dices: porqué aprendimos en el colegio a contar lo que pesan los 147 melones que compró Pepe? Aunque sea absurdo, eso pasó por mi cabeza en ese momento, porque no tenia ni idea de como reaccionar a semejante situación y más importante, como sobrevivir. Eso no lo aprendes en ningún sitio. 
Algo había en esa pequeña casa cuadrada en medio de los campos de arroz, algo que no me podría haber salido ni en mis peores pesadillas. Pero lo vi a través de la ventana, no del todo, pero ya fue suficiente. Entré en una especie de estado de pánico que se junto a mi subida de adrenalina.
De pronto, un largo tentáculo formado por barro negro y plantas húmedas muertas salió disparado de esa misma ventana por la que estaba mirando. El asqueroso tentáculo vino directo hacia mi. Noté una brisa a mi izquierda, había pasado a mi lado y se escuchó un grito. Pau salió disparado desde ese mismo lado hacia la ventana, esa cosa negra se le había enroscado a la cintura y en menos de un segundo lo arrastró consigo adentro de la casa. 
- ¡No! – es lo único que pude decir. Mi pie tocó el gran palo que Pau había llevado todo ese rato. Lo levanté y me giré – Mierda, ¡Carla quédate aquí!
Carla se quedaba seguro ahí, estaba paralizada de miedo y había vuelto unos cuantos pasos hacia atrás. Entonces decidí correr hacia la casa. Probablemente fue mi miedo quien me movió porque el coraje no había sido nunca mi fuerte. Al llegar a la puerta vi por primera vez a esa criatura horrible. Tenia la forma de una mujer, pero totalmente distorsionada, en parte parecía un fantasma, dudé de si alguna parte de su cuerpo podía no ser sólidas. Esas plantas grisáceas caían por encima de toda ella como si fuese pelo mojado. Toda la criatura goteaba una sustancia negra y viscosa mezclada con barro que cubria toda la figura completamente negra. Tenía dos grandes tentáculos como brazos, con uno de ellos sujetaba ahora a Pau al fondo de la habitación mientras que con el otro estaba ahorcando enfrente de mi a Artur, quien había dejado caer a su lado un libro y tenía las mangas de su camisa subidas, mostrando unos tatuajes de símbolos. 
Sujeté fuerte la rama y la alcé por encima de mi cabeza , tan alto como pude. Rápidamente la dejé caer con un grito encima del tentáculo que sujetaba a Artur. Para mi sorpresa, esto provocó una reacción de la criatura, que chilló de manera atemorizante soltando a su presa. Mientras procesaba lo que acababa de hacer, Artur ya se había levantado con una agilidad impresionante y sujetaba el libro abierto en su mano. De un bolsillo sacó algo que parecía una pila mientras me susurraba: “Cuidado, aléjate un poco.” A lo que obedecí, aún sin soltar el palo, mi única arma para defenderme.
No pude ver bien que pasó en ese momento, pero tanto la pila como una página del libro brillaron, sacaron chispas azules de su interior. Artur aprovechó que el tentáculo volvía hacia él y con un rápido movimiento incrustó la pila chispeante en él. Con ese mínimo contacto la criatura chilló y soltó con el otro brazo a Pau. Las chispas empezaron a expandirse por su cuerpo como si se estuviese electrocutando. En pocos segundos la criatura desistió y sonó como un pedazo de barro húmedo cayendo al suelo. Pau vino corriendo desde dentro de la caseta presionando su mano contra su barriga. En ese momento me giré y vi a Carla detrás de mí estaba llorando con la navaja en la mano temblorosa. Los tres nos juntamos en un abrazo, llorando. 
- Ya pasó todo niños, está muerta. – anunció Artur. 

Pau se miró por décima vez la extraña marca que rodeaba barriga. Le había dolido mucho cuando ese monstruo de lodo negro lo había agarrado pero la “herida” que le había dejado ya no dolía nada, solo tenía una textura extraña como de piel podrida.
- ¿No es como la que tiene la iaia en el cuello? – dijo Carla apuntando hacia él. 
Estábamos los tres en el salón a medio reformar de Artur, sentados en unos cómodos sillones. Había cajas por todos lados, faltaba algún mueble y el sofá marrón donde se había tumbado Pau para que le curasen las heridas aún olía a nuevo. 
Artur entró a la habitación con una bandeja en la que cargaba una cafetera, unas tazas y un vaso de colacao (petición especial de Carla).
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🔥 CAPÍTULO 3- La Encantada 2/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

- Es lo que creo que es? – pregunté con dificultad. Ante nosotros en el suelo había algo que a primera vista podría ser una piedra quemada con una forma muy extraña. Pero esa forma resultaba ser como una cabeza esquelética de algún animal, probablemente un perro. - Artur tiene un perro, ¿no? 
- Tenía...
- ¿Quieres decir que ese es su perro? – Carla señalaba horrorizada al esqueleto quemado. 
- Si no es ese, ¿dónde está? Debería estar por aquí cerca y no lo hemos visto ni oído. – le respondió Pau señalando a nuestro alrededor. Nos quedamos los tres en silencio unos segundos.
- No sé que está pasando, pero está yendo en dirección a esa casa abandonada con fantasmas que dice la abuela. – dije mirando hacia el camino. Di dos pasos hacia afuera del campo - ¿Vamos?
- ¿A seguir a un asesino de mascotas? – Carla estaba claramente asustada.
- Igual no lo ha matado, igual ha sido otro o no sé. Es todo muy extraño... Vamos. – Pau me siguió y detrás de él vino también Carla. 
Como el camino era muy recto podíamos ver a lo lejos la silueta de nuestro vecino, así que era fácil seguirle la pista.
Mientras andábamos, Pau se paró un momento a un lado del camino y sacó de entre dos arbustos una rama de árbol de por lo menos un metro de largo. 
- Por si acaso- dijo quitándole algunas hojas. 
- Bueno... – Carla sacó algo de su mochila de flores. Una pequeña navaja suiza, la conocía bien, la habíamos encontrado en un cajón del iaio Paco. – Por si acaso. 
- Yo no tengo nada, pero no hace falta tanto tampoco. Si fuese algo muy raro llamo a la policía y nos vamos corriendo. ¿Vale? - ambos asintieron y así continuamos nuestro camino. 
Después de unos pocos metros, Artur salió del camino, entrando a uno de los campos. 
- Ajá, la casa creepy – reafirmé así mi teoría. 
- Uf, ¿vamos a ir allí?- preguntó Carla
- No te preocupes que fantasmas no hay. – Pau dijo eso con mucha seguridad, yo no podría haber dicho lo mismo. Esa casa tenía algo, probablemente algo aterrorizante pero que despertaba mucho mi curiosidad. 
Seguimos caminando en silencio, Pau levantaba su palo con ambas manos y Carla mantenía la navaja en el bolsillo, pero con la mano siempre muy cerca de ella.
No sé que parecíamos, pero definitivamente no aquello que estábamos intentando ser. Cuando me quise dar cuenta ya estábamos casi delante de un camino de tierra que iba entre dos campos de arroz y llevaba directamente a esa casita misteriosa. Conseguí ver a lo lejos a Artur, que justo daba la vuelta a la casa hacia donde probablemente estaría la entrada. 
- Entonces... ¿qué hacemos? – pregunté. 
- Acercarnos un poco, no? Desde aquí ya no vemos nada. – contestó Pau.
- Pero sin entrar por favor. Yo no entro a esa casa. – iba diciendo Carla firmemente mientras avanzábamos con cuidado por el estrecho camino. 
Fue justo al llegar a la casa cuando lo escuchamos. Un sonido que no pude calificar, como de un animal enfurecido gruñendo y gritando a la vez. De cierta forma incluso parecía una voz humana pero de alguien que estaba pasando por algo terrible. Seguido de él escuchamos también un grito de un hombre, Artur. Miré a los otros confusa, Pau decidió correr hacia la casa con el palo en alto así que yo fui detrás y pude ver como Carla me seguía, sacando la navaja del bolsillo. ¿Qué nos creíamos? ¿Héroes?
Detrás de la montaña se acercaba ya la luz grisácea del día siguiente, pero yo solo pude pensar ¿en qué mierda nos hemos metido?
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🔥 CAPÍTULO 3- La Encantada 1/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

L’amo i el gos, cassen per dos
Lunes 6 de Agosto, 5:00 am

Aún era de noche cuando oí los golpes en la ventana de la habitación. 
Antes de abrir los ojos, escuché la voz de Carla - ¿Pau?
Me levanté lo más rápido posible. Pau estaba en la ventana de nuestra habitación con una linterna alumbrándonos la cara. - ¡Laia, el gallego está loco!
- Pero ¿qué tiene que ver el vecino? – pregunté, acercándome lentamente a la ventana. – Lo de la casa lo íbamos a ver más tarde, que son las cinco de la mañana Pau.
- Pero no es eso. Bueno sí, igual está relacionado. – Pau se acercó más a nosotras y bajó la voz. – He visto fuego en casa del vecino y, no sé, tenía un presentimiento y...
- Em... No estoy entendiendo nada. – Carla estaba de piernas cruzadas encima de la cama mirándonos, asustada. 
En pocos minutos ya estábamos los tres fuera de la casa en medio de lo que aún era noche. Era bastante fácil salir sin que la abuela nos escuchase. El aire era un poco fresco aún, , Carla incluso se había puesto una fina chaqueta negra por encima de los hombros, haciendo que su larga melena oscura, se quedase por dentro de esta. 
Según Pau, nuestro reciente vecino había empezado una pequeña hoguera al lado de su casa y eso era algo sospechoso. Teniendo en cuenta que no tenía nada que quemar de su huerto, ya que estaba completamente vacío, y que estas horas eran bastante extrañas para hacerlo, igual no era tan loco decidir investigar sus intenciones. Además, estábamos los tres aburridos y con ganas de un poco de misterio, aunque fuese inventado.
- Shh – Pau se agachó un poco en medio del camino y los tres paramos de andar. – desde aquí ya nos podría ver. 
- Entonces mejor que nos vea andando normal, no? – respondí- Primero pasamos por delante de su casa así disimulados y analizamos mejor la situación...
- ¿Y que decimos si nos ve? ¿Que estamos paseando a las cinco de la mañana? – preguntó Carla.
- Exacto
- Va, me sirve el plan – Pau se levantó y seguimos caminando lentamente, haciendo el mínimo ruido posible. En un punto pudimos ver los restos de la hoguera detrás de la verja que rodeaba la casa y sus alrededores, no había nadie cerca. Había una entrada justo al lado completamente abierta. Apunté a la hoguera y me dirigí hacia la entrada lentamente seguida Carla y Pau. Eso de entrar en campos ajenos no era algo nuevo para nosotros, tampoco creo que nadie de la zona lo considerase invasión de la propiedad, así que no nos preocupaba mucho.
Cuando nos acercamos más a la hoguera miré un momento hacia la casa, que se situaba un poco mas al frente. Era una casa vieja blanca de únicamente una altura y un tejado de ladrillos anaranjados y de una de las ventanas salía una cálida luz. 
- Cuidado- Señalé a la ventana mirando a Pau y Clara, que examinaban la hoguera.
Al segundo, Pau señaló algo entre las cenizas ahogando un grito. Pero antes de que pudiese mirar qué le había alterado se escuchó una puerta. Con un impulso de adrenalina, los tres, que estábamos en el lateral de la casa, corrimos a la parte trasera con el mayor silencio posible. 
Mi curiosidad pudo conmigo así que me asomé para observar como Artur salía de su casa cargado con una mochila enorme y otra cosa alargada colgada de un hombro que no pude ver bien. Se alejaba por el camino en dirección contraria a nuestra casa, es decir, hacia los campos de arroz... y la casa abandonada. 
- ¿Está lejos? – preguntó Pau. Asentí y me giré a verlo, estaba muy asustado. – He visto algo... en las cenizas. Es que creo que sé que es, pero no estoy seguro. 
- Vamos – Carla salió de detrás de la casa en dirección a la hoguera. Pero cuando llegó dio un grito ahogado. Pau y yo corrimos hacia ella y miré por primera vez al centro de la hoguera.
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🥘 CAPÍTULO 2- La Encantada 2/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

y amorfo en la cama de enfrente que formaba mi hermana. De la ventana abierta entraba una tenue luz de luna, la cortina del lado no se movía ni un centímetro. Iba a ser otra noche de calor húmedo sin una pizca de brisa.
- ¿Qué pasa con eso?
- Me ha dado miedo, la verdad. -respondió Clara con una voz sorprendentemente preocupada. 
- No te ralles con eso, la iaia me contó una vez porque tiene miedo de esa casa y es por cosas de fantasmas y maldiciones. Vamos, que todo fantasías suyas, ya sabes que le gustan mucho las leyendas. No te preocupes nada, tú solo dile que no te acercarás nunca ahí y ella estará más tranquila.
- Pero ¿y que te contó?
- Anda vete a dormir, que era solo algo de fantasmas que si te lo cuento ahora te va a dar miedo. – pero eso no era lo que Laia pensaba en realidad. Qué ganas de ir a investigar ese sitio, a ver si mañana encontraba el tiempo para ir allí a buscar ese collar.
Per un benefici, un sacrifici
46 años antes

- ¿Y dónde está?
- Ay Paco, no te preocupes por mi, por favor, estoy bien. – una Trini de 30 y pocos años 
- ¡Donde está el collar ese! – un hombre en sus 40, de pelo oscuro y tupido se pasaba las manos por la frente sudorosa, desesperado, quitándose el sombrero de paja. 
- Ahí en el suelo, no lo toques– decía agitada la mujer, tocándose la reciente cicatriz del cuello. ¿Qué le había hecho? Ese collar, le había podrido la piel, no tenía sentido. - ¿Cuánto tiempo he estado desmayada?
- ¿Desmayada? Solo has parpadeado. Eso de ahí – decía Paco señalando la extraña herida. – eso se te ha hecho en menos de un segundo, te lo he quitado lo más rápido posible, no he podido hacer nada.
- Ay no sé, me ha resultado muy largo el rato...
- Siéntate, yo me ocupo de eso. He traído yo el problema aquí, lo tendré que solucionar. 
-¿Y qué vas a hacer? Eso está poseído. – Trini se acariciaba aún el cuello.
- Lo voy a enterrar enseguida, por aquí cerca del agua
-¿Y qué vas a hacer? Eso está poseído. – Trini se acariciaba aún el cuello.
- Lo voy a enterrar enseguida, por aquí cerca del agua, a ver si se lo llevan las encantadas que lo han traído. 
- Ten cuidado, eso no son Encantadas de buena fe...
- Ya lo sé, creo que el collar tiene la maldición de los que murieron en la cueva
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🥘 CAPÍTULO 2- La Encantada 1/2 #ordemfanfic#ordemparanormal#EncantadaOrdemfic

Li diu el mort al degollat, qui t’ha fet eixe forat?
Domingo 5 de Agosto

El hombre se llamaba Richard Wilson, era uno de los británicos que venían a veranear a una hermosa casa blanca con piscina que había en el pueblo. Pero a pesar de su extraña muerte (estoy segura de que asesinato), la vida seguía, y hoy tocaba conocer al nuevo vecino de la iaia Trini. Era un joven hombre que había venido desde Galicia, cruzando todo el país para vivir en la bonita casa de Villa del Carmen, justo al lado de la de Trini. 
¿Se habría enterado de lo de ayer en la séquia? El agua pasaba antes por su casa, así que, si el cadáver había venido flotando de más lejos, habría pasado por detrás de Villa del Carmen también. 
- Artur, encantado. -se presentó a mi y a Carla. 
- Yo Laia, mucho gusto. – respondí mientras surgía una idea en mi cabeza. ¿En qué tramo del canal había sido asesinado Wilson?

Trini había hecho arroz al horno, una comida siempre tan apta para los 35 grados que haría ese día.
Entré en la cocina, que por sí misma ya parecía un horno, donde mi abuela pelaba unas patatas. Era el único momento donde me alegraba haberme cortado el pelo a inicios de verano, así corría un poco el aire por mi nuca.
- Ten, llévale esto al chiquillo a ver si quiere. – Me pasó un cuenco con cacahuetes y un plato de tomate. Con chiquillo mi abuela se refería a Artur, quien estaba fuera adaptándose a las conversaciones domingueras de nuestra familia como podía. 
- ...y en la palmera de arriba del todo, ahí giras a la derecha. Luego es todo bajada, no es muy difícil esa ruta. – Pau hablaba animado con el invitado, movía hacia arriba los brazos para señalar las montañas, haciendo que el caldo de la aceituna que llevaba en la mano llegase hasta Carla, que estaba callada en su silla.
- Xe Pau ¡cuidado! -gritaba. 
- Pero para ir hoy hay un problema, es que la poli ha cerrado aquí el camino que va por la acequia por lo que pasó ayer. Pero se puede ir por... – Pau continuó explicando
sin hacer caso a las quejas de Carla.
- ¿Lo de ayer? – Artur cambió a una expresión más seria interrumpiendo a Pau.
- Ah si... bueno aquí nunca pasa nada, es un lugar tranquilo, pero... – se giró preocupado hacia mi, buscando ayuda con la mirada. 
- Ayer murió un hombre en la acequia. – expliqué mirando fijamente a Artur, por si acaso hacía algún gesto extraño. – Un guiri de las casas de arriba de la montaña. No se sabe bien porque, puede haber sido un accidente, o igual no. 
- ¿Y fue aquí en el canal que tenéis detrás? ¿El que pasa por mi casa también? 
- Si, la policía estaba esta mañana siguiendo el canal, llegaron hasta la casa de la Marjal. – Justo cuando pronuncié ese lugar pude notar el miedo de Carla. La abuela siempre nos decía que era una casa maldita por algo que pasaron ella y Paco hace años. 
- Pero no os asustéis, fue un accidente seguro. – comentó Pau mientras escupía el hueso de la aceituna en su servilleta. . - En Benisaba no puedes hacer nada sin que te vea un vecino
así que cualquiera que haga algo raro lo pillan enseguida. De hecho, creo que Bernardo ha visto lo que ha pasado. Me ha dicho mi madre que se lo han contado hoy en la tienda, que el hombre se cayó a la acequia. 

Artur simplemente había asentido con la cabeza preguntando “Entonces ¿por donde podemos hacer esa ruta?”. Pero tanto yo como Pau sabíamos que no se había creído nada. Después de la comida, había hablado con mi primo. Él tampoco se creía la historia, había visto a Bernardo esa mañana hablando con los policías, parecía estar muy asustado, incluso traumatizado. Alguien que ha visto a su vecino caerse a la acequia estaría triste, pero no aterrorizado. ¿Qué le daba miedo a Bernardo? A Pau le gustaba la aventura y conocía todo del pueblo, haríamos un buen equipo.

- Oye eso de la casa abandonada de la marjal... – el murmuro de Carla  en medio del silencio de la noche agobiante me interrumpió los pensamientos nocturnos. 
Me giré en la cama para tener la vista hacia ese bulto oscuro
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Ya casi ahí... 🏡📿 . . #ordemparanormal#ordemfanfic

Fotografia de un sombrero y un libro en primer plano. Detrás de ellos una piscina y más al fondo unos árboles. Detrás de los árboles se asoma el sol, que alumbra directamente hacia el frente
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