Ayer me chasqué el dedo meñique de la mano derecha con unas botellas y ahora voy a entrar en el infausto colectivo de personas a las que se les pone la uña negra y se le cae. Soy estadística.
El lunes se lo pondré al alumnado, y me apuesto lo que queráis que, aunque les pueda gustar porque conocen las canciones, no les va a gustar.
Añado que Eladio Carrión, a pesar de la puesta en escena y la producción, es igual de malo en su propia naturaleza como en el Tiny. Pero me resulta curioso el cambio de mi percepción y de la naturaleza de la música.
Recuerdo la puesta en escena de C Tangana durante la pandemia, como si fuera una mezcla entre videoclip y corto. El Tiny Desk (como otros programas similares), permite a los artistas decir, "ey, soy algo más que monodia, letanía y bases premezcladas". "No soy sólo trap, soy también R&B, o soul".
Esto, por supuesto, es una percepción subjetiva en su dimensión negativa, romántica, de valoración de las cosas si son pasadas por espacios de prestigio. Pero creo que, aunque Eladio Carrión sea muchimillonario en su espacio, cuando se ofrecen este tipo de actuaciones no se eluden por su prestigio.
Aunque la producción sea de calidad, se parecen mucho más a las sesiones de Bizarrap que al Tiny Desk. Hay un cambio del modelo, y cuando pasas por estos espacios se "sube de categoría" en términos de calidad musical. Son los festivales de cine para ser considerados "autores".
Es bastante probable que lo hubiera escuchado, porque, por su producción, los Tiny Desk están muy bien, y me han servido para descubrir música. Pero esto obliga a muchos artistas a pasar por el filtro de una producción musical concreta, que no suele ser la que tienen estos artistas de base.
Intrahistoria del prestigio musical: a Eladio Carrión no lo conocía hasta la semana pasada, que el alumnado de música me puso "Mbappé". Y probablemente, por los círculos musicales que frecuento (online), nunca lo habría descubierto. Pero justo hoy suben un Tiny Desk. www.youtube.com/watch?v=s9xY...
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