Un titular (otro más) cómplice de la violencia machista. Se ridiculiza una agresión a través de una burda metonimia. No se agredió sexualmente a la mascota, sino a la chica que la interpretaba. Ambas realidades son cultura de la violación: tanto los hechos como su relato.
“La verdad” es que la actual Presidencia de la Comunidad de Madrid es homófoba y tránsfoba. Y “lo que se atropella” son los derechos LGTBIQ+ y, por tanto, los Derechos Humanos.
Hay una cosa que no me gusta mucho de BlueSky y es que te presenta las conservaciones troceadas y deslavazadas en el TL.
Quienes gritan “maricón” como insulto, quienes censuran la cultura, quienes promueven el veto parental, quienes niegan la violencia machista, quienes ocultan la bandera LGTBI, quienes difunden bulos racistas y dan alas al fascismo NO van a gobernar. Y esa es la mejor noticia.
Esta mañana me desperté pensando que era viernes y no os hacéis una idea de cómo me quedé cuando me di cuenta de que aún era jueves.
Hoy, al salir de un taller teatral en Gran Vía, me he topado con las huestes nazis con sus banderas y sus cánticos de odio. Con su agresividad y sus ganas de ejercer la violencia. Con la miserable valentía que les da ser manada. Y al miedo le ha sucedido pronto la tristeza. El asco. Y la vergüenza.
En la red que ya tú sabes, donde hablo más de política, a veces pongo tuits bien reflexionados que no llegan a ningún sitio. Otras, un tuit un tanto demagogo va y se me vuelve viral. Tengo ahora uno que a poco que siga así, supera la audiencia de la jura de Leonor, lo que tampoco es tanto.
El gobierno de Orban cesó al director de Museo Nacional de Budapest por permitir que un grupo de menores entrase a ver la muestra del World Press Photo, que incluía imágenes del Orgullo en Filipinas. Eso mismo es lo que pretende vox con su propuesta de veto parental en Extremadura.