Una de las interacciones que he dibujado entre ellos, específicamente, cuando Heelin está entrando a una mala racha y Sagitta trata de ser un apoyo para el demonio. INFODUMP BELOW! ⬇️ #art#FinderKeepers
El simple hecho de que Sagitta este AHÍ, con él, ya es algo que de forma pasiva ayuda a que Heelin no sienta la caída de una forma tan brutal. (Más por qué él suele aislarse del mundo en estás temporadas!)
IN FACT ⬆️ Creo que una de las mejores cosas que Sagitta hace por Heelin es cuando aprende a no juzgar esas conductas, como el cocinar de forma obsesiva, y solo se dedica a encontrar la forma de hacer que no se sienta culpable cuando vea que esa conducta no detuvo la caída.
"¿Ya has comido algo?" "¿Ya tomaste un baño?" "Salgamos con Lulú a comer" "¿Has estado durmiendo bien?" "¡Gracias por cuidar de mi! Ahora déjame cuidar de ti" "Yo te quiero mucho" "Estoy aquí" "Yo comeré los pasteles que hagas contigo, así no se echaran a perder"
Gracias a esto, Sagitta sabe que durante los momentos en los que ve estás conductas, lo mejor que puede hacer, es guíar al demonio hacia las funciones básicas para que no se abandoné por completo cuando la caída llegué.
¡Ah! Pero de hecho, esto costó un buen rato dentro de la dinámica de ambos antes de que pudieran encontrar este balance, justamente, Lulú tuvo que hablar con Sagitta. La salud mental no es fácil de abarcar para Heelin, y ciertamente, Sagitta es algo cabeza dura en estos temas también..
Sagitta ya aprendió (Gracias a Lulú, quien fue la cuidadora de Heelin durante su infancia) que no hay algo en específico que pueda hacer para "Impedir" estas etapas, no es algo fácil, pero ha aprendido a manejarlo y encontrar una forma de ser un hombro sobre el cual sostenerse para Heelin.
A la larga, el hecho de que Sagitta viva con él causa que aprenda a identificar está clase de conductas, y por ende, pueda tratar de brindar apoyo o de ayudar a que la "caída" sea menos violenta para el demonio, y que no se sienta completamente solo durante estas etapas.
Heelin tiene comportamientos marcados cuando está por entrar en un mal momento, tales como cocinar de forma obsesiva en un intento de conseguir un poco más de "tiempo" antes de caer en la espiral de desesperación y tristeza de la cual lleva ya un buen rato tratando de escapar.