Todos, claro.
La tercera peli es, básicamente, Rayo McQueen comiéndose las cenizas de Doc con lágrimas en los ojos.
Lo que más me toca los putísimos cojones es la desquiciante obsesión de Rayo por su puto mentor, que es el único coche que se ha atrevido a morirse en toda la saga (excepto las decenas de coches que lo hicieron en la segunda).
Gracias a mi hijo me estoy convirtiendo en todo un experto en Cars 3: es una puta mierda.
Esto sale en El Jueves de este mes, compráoslo en el novedoso "formato impreso" que tanto está arrasando últimamente.
No llegué ni a la mitad, no conseguí pasar de la insignia del puto salto muelle.
Claro, porque tú eres más joven.
Yo sí la hice, jódete (poder escribir este tuit es para todo lo que me ha servido)
Ya no tengo edad para estamparme con la fase final secreta del Mario Wonder durante horas y horas hasta acabármela.