Estamos cansados de ver manifestaciones multitudinarias, incluso de varios centenares de miles de personas, inundar Cibeles, atocha, sol, sin que tengan incidencia y ahogando después sus reivindicaciones. Una manifestación nunca puede ser el punto final de nada, más allá de dar visibilidad.

Creo que nos merecemos que el hartazgo mayoritario contra el rentismo, que de momento exige solo alquileres justos, se desenvuelva con libertad. El 13 de octubre, primera parada hacia la huelga de alquileres. Afíliate