Perrín es un cruce de teckel con beagle y algo en mi cabeza supuso que sería un sabueso cazador. ERROR. Es un sabueso de sofá muy urbanita que estuvo secuestrado en una cadena corta desde recién nacido hasta marzo de este año. Eso le impidió desarrollar el olfato al 100%. Puede que incluso al 50%.

Así que ahora tengo un Perrín atrofiado al que tengo que enseñar todo lo que no le enseñó la madre, diversos ejemplares de fauna auxiliar campando a sus anchas por casa, y dos gatas calentando para salir.