Todo esto debe costar bastante dinero, y ello supondrá en la medida de lo posible reservar, probablemente mediante un fondo separado para vivienda o combinado con los nuevos instrumentos que conectan con la jubilación, un flujo suficiente de crédito, junto a un incremento de los ingresos tributarios

Quien le diga a la gente que garantizar un máximo control sobre el futuro que quieren es barato o no cuesta nada, miente. La diferencia es que los adeptos al cuento de la mano invisible lo usan como revulsivo, y los que creemos en la promesa de la vida digna como un orgullo; un deber cívico.