Lo mejor es entender que nada de lo que poseemos nos perdurará, que lo material es, al fin, como nosotras; prescindible, finito y, la mayoría de veces, innecesario.
La única forma válida pasa por declarar ilegal la acumulación de inmuebles y forzar el desmantelamiento de los fondos buitre tipo blackrock y similares. Cualquier plan que no incluya eso no pasa de ser un parche.
El discurso pseudobrerista acaba pronto porque el lumpen, los trabajadores manuales, las asistentas domésticas, los reponedores de supermercado, les siguen dando el mismo asco que en los maravillosos 80 y 90. Para esos transporte público, piso de mierda y ocho meses de lista de espera en la sanidad.
Por lo que sea con estos no hay ningún problema con que no se adapten a nuestras costumbres y modo de vida.
Por cuestiones laborales, con bastante frecuencia pasan por mis manos raquíticas nóminas emitidas por empresas como Eulen o DomusVi y esa experiencia me ha convencido de que urge incluir a dichas empresas en la lista de organizaciones terroristas.
Todo esto debe costar bastante dinero, y ello supondrá en la medida de lo posible reservar, probablemente mediante un fondo separado para vivienda o combinado con los nuevos instrumentos que conectan con la jubilación, un flujo suficiente de crédito, junto a un incremento de los ingresos tributarios
Se trata de alcanzar un punto crítico en el cual sea un quebradero de cabeza a nivel político acabar con ese parque de vivienda. La gente tiene que sentir el mismo apego que tiene hacia la propiedad, que sea una garantía vital inalienable, que no compense invertir en algo así.
Períodos más extendidos de protección en la regulación de los planes de vivienda como condición para la cofinanciación de actuaciones. Garantías legales para bloquear la privatización del parque de viviendas. Régimen patrimonial diferenciado para dotarlas de potestades administrativas reforzadas.
Le cambio el texto: al 99,5% se la suda un falso problema. En serio, es que son unos terroristas informativos
A la paz de Dior, hijosdelfar. Venga, a producir, que las paguitas no se hacen solas y la España que madruga tiene que comer y trincar. Viva Garamendi y viva la madre que lo cago.